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Thursday, 12 January 2012

Haití, dos años después

El reloj está próximo a anunciar las 16:53pm, hora que marcará el segundo aniversario del desastre natural más devastador que Haití haya sufrido en sus dos siglos de historia post-colonial. Una historia visiblemente marcada de hondas cicatrices, grabadas con la voraz mano del hombre, ese mismo hombre que hoy clama indignado consuelo y solidaridad con el pueblo Haitiano. En honor a las más de 150.000 vícitmas mortales y a los demás millares de desplazados y afectados de esta infortunada catástrofe, quisiera dedicar unas líneas que permitan exponer pequeños pincelazos del mísero drama que se vive en el país más pobre del hemisferio Occidental. 

Por respeto al pueblo Haitiano, no voy a centrar este escrito en la antropología de la idiosincracia de los habitantes que lo conforman, ni en los múltiples e interminables problemas de todo tipo de violencia en los campamentos, así como tampoco en los innumerables diagnósticos que endosan la responsabilidad de la situación de orden público a la incompetencia del gobierno y las frágiles instituciones que administran el poder. Considero, por el contrario, que un escrito digno y objectivo con la dramática situación que se vive en Haití, y que a su vez tenga la intención de conmemorar a sus históricas víctimas en este segundo aniversario del terremoto, debe al menos hacer el esfuerzo de comenzar por un análisis que trascienda la densa telaraña de grupos e intereses girando en torno al proceso de reconstrucción, así como también la oscura nube de sensacionalismo mediático que termina por contaminar los varios escritos y especiales televisivos realizados con el mismo noble propósito. Si bien no tengo claro por donde comenzar mis reflexiones personales, si creo saber por donde no es conveniente hacerlo. 

Durante los meses de Septiembre a Diciembre tuve la oportunidad de trabajar en un proyecto de reestructuración de una organización de emprendimiento social, llamada Economic Growth Initiative for Haiti. Fueron alrededor de noventa días que me permitieron echarle un vistazo rápido a una dimensión humana desconocida para mí hasta ese momento. En este tiempo y durante este proceso tuve la fortuna de interactuar con pequeños y grandes empresarios locales; altos miembros de ONGs; miembros de todas las esferas de la sociedad; trabajadores humildes y soberbios, luchadores e incompetentes; mujeres y hombres blancos, negros y mestizos, pobres y ricos, emprendedores y perezosos, coherentes e insensibles, conformistas y revolucionarios. Y sin embargo, noventa días se quedaron cortos para lograr comprender holísticamente y dentro de la perspectiva que lo requiere el papel cotidiano que cada uno de ellos juega en el fascinante mundo de la supervivencia humana. Es en este mundo Darwininano y salvaje donde hoy habita el primer país independizado de America Latina.  

La supervivencia, impulsada en gran medida por la ausencia del aparato estatal y en otros aspectos por el legado de la intervención foránea y la herida post-colonial, es el alma mater de Haití. Es el alma del imaginario colectivo, el libreto de la función cotidiana, la mano invisible de la selección natural que allí abunda. Algunas de las personas con las que conversaba me contaban cómo minutos después del terremoto la población permanecía en un estado de shock tal que no les permitía comprender la magnitud de lo que les había acabado de suceder. Otros, con cierto grado de indignación, recordaban  la poca solidaridad entre Haitianos para ayudarse unos a otros minutos después de la catástrofe. Me llegué a enterar, incluso, que un terremoto de esas características venía siendo vaticinado desde hacía algunos años, y aún así no hubo ningún esfuerzo colectivo de preparación para el desastre. Cómo es posible explicar todo lo anterior? Sinceramente, no sabría hacerlo, pero sí creo que tendría sentido ubicarlo dentro del espectro del alma mater; de la noción e interpretación de lo que significa sobrevivir.

Hoy, dos años después del terremoto, un 50% de las ruinas siguen vivas en las calles; medio millón de desplazados amanecen día a día bajo un cambuche con piso de polvo rodeados de bultos de ropa y alimentos, su único patrimonio; alrededor de 13.000 ONGs frecuentan calles, restaurantes, playas, hoteles, bares, y supermercados, creando una relación inversa entre la inflación en estos servicios y los avances en la reconstrucción; la mitad del presupuesto de reconstrucción ha sido invertido en el establecimiento de las operaciones y burocracias de dichas organizaciones; se le cierran puertas a víctimas desesperadas que buscan una mejor oportunidad en países vecinos; se contratan firmas extranjeras para la reconstrucción de viviendas en detrimento de los contratistas locales; se establecen parques industriales en zonas francas con un salario mínimo inferior al resto de las industrias y ubicados a grandes distancias de los campamentos de los trabajadores; entre muchos otros factores que abundan y no vale la pena nombrar. 

Cuando se vive para sobrevivir no hay proyecciones, no hay plan de vida, no hay consenso colectivo como nación, no hay futuro que valga. Sólo existe aquella acción por medio de la cual la vida logró subir al escalón del presente, lo que genera un apego por inercia a aquello que permitió poner el escalón. Dentro del ámbito de la supervivencia, en el caso de aquellos que no tienen nada el escalón toma su forma a veces como subsidios u otras formas de ayuda humanitaria, a veces como un micronegocio informal, a veces como el secuestro de gente inocente, a veces como trabajador de maquiladora, a veces como un falso positivo a nivel de desplazamiento, y en el caso de mujeres y niñas, a veces ofreciendo el cuerpo como moneda de cambio. En el caso de aquellos que hacen parte de alguna estructura económica, política o humanitaria, el escalón toma su forma a veces como ingresos por corrupción, a veces como importación por contrabando, a veces como un proyecto social de papel, a veces como explotación laboral indiscriminada, a veces como una amistad que conviene, o a veces simplemente como un observador  más de todo lo que ocurre. Sin embargo, también existen unos pocos  seres humanos valiosos con visión constructiva de país y que buscan inyectar con pequeñas gotas de nacionalismo saludable a sus más cercanos, y para ellos el escalón toma su forma como una estructura en la cual se debe apoyar la base de la sociedad para ir rompiendo poco a poco el paradigma de la supervivencia. 

Dos años después del terremoto todavía reina la incertidumbre y la desolación. Si se habla de que no hay esperanzas para un estado fallido como lo es Haití, se habla entonces de que nunca habrá esperanzas para ningún país en el cual su gente no tenga opción diferente a sobrevivir, y entonces el aparato del desarrollo se debería ver forzado a reconsiderar su política y discurso humanitario. Aquellos noventa días fueron suficientes para que una parte de mi corazón se quedara en este frágil país, y por esta y muchas otras razones deseo con todas mis fuerzas que la comunidad internacional y los múltiples actores vinculados al proceso de reconstrucción canalizen sus sentimientos nobles en este histórico día para que tantos promesas y sueños de papel se hagan realidad. 





Monday, 28 November 2011

The Teachings of J. Krishnamurti

Out of the many great intellectuals that emerged throughout the 20th Century, the Indian philosopher Jiddu Krishnamurti is perhaps, in my modest opinion, one of the greatest. The book Total Freedom: The Essential Krishnamurti is a sober and concise introduction to the core teachings of Krishnamurti, which aim to introduce us to the dimension of personal freedom, in a holistic sense, unscathed from external inputs in the form of dogma, thoughts, and desires. 

Krishnamurti unhesitatingly calls from the breaking up of the chains that bind our social constructions together, and a full detachment from what he calls a "self-constructed fence of security", powered by religious, political and personal beliefs. With tremendous audacity and a sharp intelligence, Krishnamurti correctly depicts the antagonisms embedded in the different power structures upon which our civilization is constructed, and how these antagonisms have invariably led societies into chaos, despair, anxiety, conflict, violence, and destruction. "Freedom", so he claims, "is pure observation without direction, without fear of punishment and reward. Freedom is without motive; freedom is not at the end of the evolution of man but lies in the first step of his existence." 

Kirshnamurti, indeed, disarms the self from its secure values and established norms, leaving it without any sense of being or belonging but just with the liberating feeling of constructive destruction. Delving into Krishnamurti therefore unveils the intrinsic value of unconditioned freedom, the beauty of observation, the pure state of ideological anarchy. 

The following is an extract of a text written by Krishnamurti in 1980 at the request of his biographer: 

“Truth is a pathless land. Man cannot come to it through any organization, through any creed, through any dogma, priest or ritual, not through any philosophical knowledge or psychological technique. He has to find it through the mirror of relationship, through the understanding of the contents of his own mind, through observation and not through intellectual analysis or introspective dissection...Total negation is the essence of the positive. When there is negation of all those things that thought has brought about psychologically, only then is there love, which is compassion and intelligence."

Find out more about the fascinating world of Krishnamurti by clicking here.

Friday, 11 November 2011

Pacho Santos y su fórmula "innovadora" contra las protestas

El mundo experimenta un tsunami de mobilización social a gran escala, y Colombia no ha sido la excepción. Las protestas estudiantiles a la Reforma de la Ley 30 presentada por la Ministra de Educación tienen en jaque el avance del polémico proyecto de Ley, forzando al gobierno a soltar la ponencia en un cuadrilátero democrático donde la espera un temible peso pesado: una masa indignada de la sociedad.

Llama la atención la forma como las protestas han evolucionado hasta ahora. Desdoblando la crítica a la Reforma de posturas ideológicas permitiría visualizar plenamente y sin prejuicios la horizontalidad y el civismo que las caracteriza. Sin embargo, a este punto de evolución intelectual el ex-vicepresidente de la nación no parece haber llegado.

Escuchar sus palabras tiene el efecto de invocar imágenes que de forma espontánea han aparecido en mi mente leyendo a Hanna Arendt, George Orwell, o incluso, fragmentos de ensayos post-Darwinistas ilustrando la separación de la raza humana entre individuos 'deseables' y otros 'no deseables' para el "progreso". Para Pacho Santos, llegó el momento de confrontar debidamente a los estudiantes usando una de esas armas "innovadoras" que le meten "voltios a los muchachos, el muchacho cae y se lo llevan arrestado"...ya que mientras tanto el país poco a poco se "incendia" (o habrá querido decir mas bien se indunda?) y continúan ganándole el pulso a un presidente que prefiere "no enfrentar".

Son estos los periodistas que lideran a Colombia? Por fortuna cada vez menos. En la medida en que la democracia Colombiana le abre campo a la formación de nuevas y diversas consciencias políticas, estos 'líderes de opinión' verán tornarse efímero el eco de las palabras con las que han mantenido endulzado el manso oído del país en lo corrido de esta década.

Pacho Santos y su fórmula "innovadora" contra las protestas estudiantiles:


Sunday, 16 October 2011

Cual es la diferencia entre un médico, un vendedor de paracaídas, y un banquero de Wall Street?

El título parece el comienzo de un chiste típico propio de la idiosincrasia Colombiana. No lo es. Se deriva de una discusión en Twitter con un reconocido analista financiero Colombiano, el cual defiende a su industria a capa y espada del aluvio de críticas provenientes de aquellos que estamos indignados con la falta de regulación y la excesiva influencia que dicha industria ejerce en el manejo del timón político en EE.UU y Europa - y por ende - del mundo.

En medio del debate, la pregunta de la contraparte surgió: "Si usted vende botarse de un avión en paracaídas, y se mata el mancito, cárcel para usted?" A lo que respondí: "Pues depende, si existe la intención a consciencia tal vez, no cree usted?". Contrapregunta del analista: "Si usted es cirujano, y se le muere el mansito, cárcel para usted?" Mi respuesta: "No me parece q venga al caso comparar un médico a un banquero, y reitero, si existe la intencion creo q si". Sus preguntas hacían alusión al nivel de culpabilidad que deberían tener los banqueros de Wall Street por la venta a consciencia de activos tóxicos, debidamente acreditados, a clientes en busca de un retorno en su inversión.

Si bien no soy ingeniero financiero ni tengo un PhD en Matemáticas, si creo tener una filosofía ética lo suficientemente estructurada como para deducir que tanto el vendedor de paracaídas, como el médico y el banquero que incurra en una práctica no ética que satisfaga su interés personal en detrimento del bienestar de la sociedad debe afrontar sus consecuencias. Esta es la razón por las que tenemos normas, reglas y leyes y exigimos un sistema que nos obligue a cumplirlas. Ya que las líneas de mi blog son un poco mas generosas que los 160 caractéres que me concede Twitter, analicemos que consecuencias legales tendría cada caso:

1. El vendedor de paracaídas: Si en EE.UU (país donde sus ciudadanos demandan a corporaciones por servir el café caliente) un vendedor de paracaídas comete la 'falla' - presumiendo de su inocencia - de fabricar un paracaídas disfuncional, cuyo uso manda al usuario al hospital (siendo optimistas de que sobrevive la caída), el usuario sabe que tiene el derecho de demandar. Un fallo a favor de su demanda significa cárcel para el mancito que vendió el paracaídas, o si tiene suerte y plata, una gran indemnización de su parte para compensar por los gastos médicos y demás perjuicios causados.

2. El caso del médico es un poco mas complicado, si partimos de la base que los médicos están entrenados para salvar vidas. Sin embargo, también ha habido casos en los que ocurre lo contrario. También en los EE.UU tenemos en este momento el caso de Dr. Murray, el médico acusado por el homicidio de Michael Jackson. Dr. Murray alega que estaba atendiendo de forma honesta y ética las necesidades médicas de su paciente, sin embargo hay versiones que prueban lo contrario. En caso de que el Dr. Murray sea declarado culpable, seguramente enfrentará cargos por homicidio. 

3. El banquero de Wall Street, por otro lado, incurrió en prácticas no éticas al vender activos tóxicos a sus clientes, conociendo el mal estado en que éstos se encontraban así como el alto riesgo implícito en la operación. La diferencia entre el vendedor de paracaídas, el médico, y el banquero es que las acciones de los dos anteriores están fuertemente reguladas por aquellas entidades que creamos colectivamente para este propósito, mientras que las del banquero no. Consequentemente, en caso de una violación del código ético y moral que nos regula como sociedad el vendedor y el médico enfrentarían procesos judiciales por sus hechos, y de ser encontrados culpables - es decir, si se les encuentra la intención de vender el paracaídas jodido o de sobredosificar al paciente), van a la carcel. En contraste, las acciones del banquero (la venta de activos tóxicos en detrimiento de la 'salud' financiera de la sociedad) no cuentan con un mecanismo que regule dicha intención de ejecución y por ende no son penalizables a nivel judicial.

Si bien es obvio que no todos los vendedores de paracaídas, ni médicos, ni banqueros son jodidos y malintencionados (y metamos de paso a los curas, tampoco son todos pederastras a pesar del palo que les dan), ese 'pequeño' detalle que los diferencia en la ejecución de las acciones que conlleva su profesión es lo que tiene a 985 protestas en 80 ciudades del mundo acampando en los parques y plazas públicas clamando a gritos y cánticos responsabilidad. ¿Comprarían los banqueros - como mi contraparte de debate - un paracaídas si no hubiera garantías de regulación de calidad? No lo creo...

La 'caída' de la burbuja que ha experimentado una gran parte de la sociedad Americana merece en lo mínimo este nivel de indignación. Las prácticas no éticas de los banqueros en Wall Street no pueden seguir impunes. Para que el sector financiero recupere su credibilidad debe aceptar las fallas estructurales inherentes al sistema, prestarse a corregirlas, aceptar las demandas de una sociedad hundida por su soberbia, y estar dispuesto a hacer parte de un sistema de regulación que los obligue a vender paracaídas que abran y funcionen, o asuman las consecuencias.






Friday, 7 October 2011

Gracias, Steve.

Pocas muertes de personas que no conozco personalmente han arrugado tanto mi corazón como la de Steve Jobs. La humanidad ha perdido una de sus luces mas brillantes y potentes, una de esas que en un mundo de tanta turbulencia y confusión vale la pena encontrar y seguir. El futuro ha visto partir impotente a uno de sus mas valiosos arquitectos. Sería injusto con la vida decir que Steve Jobs se fue prematuramente de esta tierra, ya que un milagro logró jalarlo del abismo de la muerte hace tan sólo 7 años cuando parecía inminente su caída.

"Quiero que Machintosh hable por si solo", dijo alguna vez en 1984 con esa humildad que siempre lo caracterizó. Por esta y muchas otras frases que marcaron mi alma, solo puedo decirte gracias.

Gracias por ayudarnos a comprender el valor de reinventarnos, por recordarnos lo importante que es aprender a conectar los puntos en nuestras vidas, y por inspirarnos cada día con tus nuevas y magníficas invenciones a romper aquellos paradigmas y esquemas que nos encapsulan en la zona de confort. Gracias de corazón, Steve, por encarnar un mensaje de esperanza para aquellos que buscamos insaciablemente encontrar la felicidad en aquello que hacemos todos los días.

Gracias por permitir que tu esencia hablara sola; y que en paz descanse.


Monday, 26 September 2011

La reconstrucción de Haití y el desarrollo económico…de burbujas

Mis primeros días en Haití han estado marcados por una mezcla de emociones intensas e impactantes impresiones propias de la realidad que vive el país mas pobre de America. Sin embargo, hay una que sobresale por encima de la demás: la forma como se ha originado una 'burbuja' económica a causa de las misiones internacionales que operan en Port-au-Prince.

Port-au-Prince, Haití

La Oficina de la Representación Especial para Haití (OSE por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas publicó recientemente un reporte en el cual se hace un llamado de atención a la forma en la cual se está empleando la ayuda destinada para la reconstrucción del país. Existen dos mecanismos de ayuda: Ayuda humanitaria, y ayuda de recuperación. De los US $2.43 billones en ayuda humanitaria la distribución por recipiente la lideran las entidades civiles y militares autorizadas para el manejo de desastres (34%), seguidos por las agencias de la ONU y ONGs internacionales (28%), ONGs y contratistas privados proveedores de servicios independientes (26%), recipientes no identificados de bienes y servicios (6%), la Federación Internacional de la Cruz Roja (5%), y por último, el gobierno de Haití (1%). Ninguna ONG Haitiana fue incluida en esta repartición de recursos. La ayuda de recuperación, en contraste, está estructurada bajo el Plan de Acción para la Recuperación Nacional y el Desarrollo desarrollado en conjunto por el gobierno Haitiano y la comunidad internacional, para el cual se prometieron US $5.60 billones.  En total, a la fecha US $1.74 billones han sido empleados para financiar la recuperación, sin embargo mas de la mitad de la totalidad de los fondos reunidos para 2010-2011 – US $2.84 billones – aún permanece en las manos de las agencias donantes. 

Mientras tanto, la presencia de las múltiples misiones internacionales que con sus extravagantes salarios inyectan a la frágil economía Haitiana substanciales sumas de dinero no puede ser ignorada, ya que ha sido el causal de la irreversible distorsión en la relación de precios de bienes y servicios que vive el país. La inflación causada por esta dinámica ha llegado casi al punto de ‘dolarizar’ ciertos sectores de la economía, nivelando los precios de hoteles, renta de apartamentos, bebidas y alimentos – entre otros – con aquellos de las principales ciudades del mundo (una noche en una casa de huéspedes oscila entre US $100 – US $150). Estos son indicios de una clara burbuja que se origina cuando el valor de dichos bienes y servicios comienza a divergir del valor real determinado por la demanda local y el poder de compra de la población.

Dicho de otra manera, los elevados presupuestos de dichas misiones internacionales están contribuyendo a fragmentar la economía del país en dos, creando una pseudo-economía impulsada por la demanda extranjera de servicios locales y la importación al país de bienes y alimentos del exterior. Y si a esto le sumamos la poca o nula eficiencia que ha tenido la ayuda hasta ahora invertida en el proceso de reconstrucción de las instituciones y negocios locales – segúnun análisis del CEPR solo 2.4% del dinero del Fondo de Reconstrucción de Haití (HRF) ha sido destinado para impulsar el desarrollo del sector privado, versus un 97.6% restante otorgado a contratistas internacionales –, el prospecto de un desarrollo económico sostenible en términos reales sin duda alguna se asoma cada vez mas al abismo de la utopía, y por ende, a la moralmente corrupta tautología de las promesas rotas inherentes a su retórica.

Mientras dichos recursos no sean direccionados al fortalecimiento del sector público y privado del país, concluye el reporte, las necesidades básicas estarán condenadas a ser insatisfechas y pocos avances se lograrán en materia de administración local de recursos, responsabilidad gubernamental, y creación de empleo y capacidades para los Haitianos. En consecuencia, la burbuja creada por la pseudo-economía de las misiones internacionales corre el riesgo de seguir distorsionando la realidad económica de la población mas pobre del hemisferio occidental. Por esta razón, la legitimidad y credibilidad del aparato internacional de desarrollo social y económico está en juego: fallarle al pueblo Haitiano debería clamar inequívocamente por su liquidación.  

“Sak vide pa kanpe” – “An empty sack cannot stand”

Saturday, 24 September 2011

World banks: Weapons of wealth destruction

A very interesting article by the Economist Intelligence Unit (EIU) I thought was worth sharing:

The US$2bn loss saddled on UBS by a suspected "rogue trader" is a reminder of investment banks' awesome capacity to both create and, more recently, destroy wealth. As their lobbying against reform loses sway, banks must either accept higher costs commensurate with the risks they generate or shun racy wholesale franchises and focus on the stodgier, but safer, functions of the industry.

Three years after the collapse of Lehman Brothers, the risks inherent in high finance appear undiminished. An apparent "rogue trader" at UBS, alleged to be 31-year-old Kweku Adoboli, will saddle the Swiss bank with a US$2bn loss, according to a company statement on September 15th (the three-year anniversary of Lehman's bankruptcy). Although the loss will not threaten the bank's solvency, it is enough to wipe out its third-quarter profits. More importantly, it is an untimely setback for the banking industry as a whole; the sector's largest players are fighting against reforms on several fronts. Their lobbying influence is likely to wane as official attitudes harden on taxpayer support for banking groups that feature both risky wholesale units and less hazardous retail businesses.

Mr Adoboli's backstory is depressingly familiar. In fact, his CV reads remarkably like that of Jerome Kerviel, the rogue trader who, at 31, cost French bank Société Générale the equivalent of US$7bn in unauthorised trades in 2008. Both Mr Kerviel and Mr Adoboli began their careers in the back office before moving into trading for the "Delta One" desks at their respective banks. Delta One units trade a wide range of securities in order to replicate the performance of benchmark assets in exchange-traded funds (ETFs) or swaps (using derivatives to track the performance of copper instead of buying the commodity itself, for example).

This flexibility could make these particular units more prone to disaster, and traders with intimate knowledge of back-office compliance procedures may be more inclined to skirt the rules on building up dangerously risky positions. UBS's unauthorised trades, for example, appeared to conform with "the normal business flows of a large global equity trading house as part of a properly hedged portfolio", the bank said in a statement on September 18th (which also boosted the estimated loss on the trades to US$2.3bn). A series of "fictitious, forward-settling, cash ETF positions" masked the positions by making them appear hedged, the bank added.
For UBS, the Kerviel-esque trading scandal is particularly damaging in light of the contrition shown by the bank following the loss of some US$50bn during the financial crisis and a subsequent bail-out by the Swiss government (see chart). The pledges to boost internal controls and tighten risk-management procedures now ring hollow. Strict new capital requirements introduced by the Swiss last year could be strengthened further, and UBS's underperforming investment bank will come under even closer scrutiny by regulators; assets at the investment banking unit are almost twice Switzerland's GDP.

Sound and fury
More broadly, the UBS affair is a fillip for supporters of sweeping regulatory reforms, and not only in Switzerland. The Basel III international capital accords, the Dodd-Frank Act in the US and the recommendations of the Vickers commission in the UK all represent major overhauls of banking regulation and oversight, and all are the subject of furious lobbying by banks.

The banks' arguments, in essence, are that the new rules will throttle lending, depress returns and, ultimately, harm economic growth. But the uncomfortable regularity with which investment banks are prone to costly stumbles make the claims of banks with large wholesale arms lose much of their authority.

Goldman Sachs settled a case with the US securities regulator last year, for US$550m, in which the bank was accused of fraud related to the creation of subprime mortgage-backed securities. Fabrice Tourre, a 31-year-old middle manager at Goldman Sachs, played a prominent role in the suit, and is still fighting civil charges brought by the regulator. Like Mr Kerviel before him and Mr Adoboli after him, the prominence of Mr Tourre fits an established pattern. But the investment banking industry's problems run deeper than rogue thirty-somethings.

In the summer of 2007, when the first signs of a credit crunch emerged, many investment banks blamed bad luck for poor performance. David Viniar, chief financial officer of Goldman Sachs, famously cited "seeing things that were 25-standard deviation moves, several days in a row". In a withering paper examining this assertion, a group of professors led by Kevin Dowd of the Nottingham University Business School revealed that a six-sigma event suggests an occurrence of "less than one day in the entire period since our species, Homo Sapiens, evolved from earlier primates". A 25-sigma event, therefore, features a vanishingly small probability best measured on "cosmological scales", they concluded.

Fighting back

Is the welter of new regulations now looming over investment banks yet another bout of bad luck? In isolation, the new rules introduced by Basel III, Dodd-Frank and other reform efforts will depress the average return on equity at large investment banks from 20% in 2010 to only 7% after implementation, according to McKinsey, a consultancy. At the group level, big banking groups will need to cut costs by 6% and at least double profits every year for five years to earn their cost of capital, it says.

Understandably, banks are lobbying against key aspects of regulatory reforms, even as they acknowledge that the pre-crisis status quo is untenable. The Institute of International Finance, a banking industry association, published a report earlier this month that claimed financial reforms would subtract 0.7% from GDP every year through 2015, resulting in 7.5m fewer jobs over that period than should otherwise be expected. "It is important to guard against allowing excessive risk aversion to act as a brake on prudent credit expansion", the institute said. Similar objections are raised in relation to the ban on proprietary trading the so-called "Volcker Rule", currently being finalised as part of Dodd-Frank's implementation in the US as well as the proposal for erecting a ring-fence around the retail units of universal banks in the UK. Jamie Dimon, chief executive of JPMorgan Chase, took a different tack with recent criticism, calling the Basel III rules "blatantly anti-American" in an interview with the Financial Times.

Whatever the merits of these objections, and even if recent losses are down purely to lousy luck or relentless rogues, - a big if - the industry's frequent missteps will spur officials to err on the side of stricter rules. Witness the recent momentum for a financial transactions tax in the European Union, a measure with questionable merits as a tool to prevent future financial crises but a clear impact on the profitability of banks' capital-markets activities. A similarly stern approach should be expected when it comes to rules that have been passed but remain subject to interpretation ahead of future implementation, namely Basel III and Dodd-Frank.

Separation anxiety

In unveiling the proposals for a ring-fencing of retail banking in the UK, Sir John Vickers stressed that, "the 'too big to fail' problem must not be recast as a 'too delicate to reform' problem." By most accounts, third-quarter results from the developed world's leading banks will be disappointing. A spate of banking layoff announcements in recent weeks underscores the industry's fragility. But whereas previous bouts of banking weakness generated sympathy - and in some cases, action - among officials, similar support will be less forthcoming in the future.

Thanks to new regulations, funding costs for investment banks are likely to settle at a permanently higher plateau than before the financial crisis, reflecting the risks inherent in these businesses as well as the removal of implicit taxpayer support for so-called "casino" banking operations. Returns will fall accordingly. Banks still have significant scope to cut compensation costs in order to bolster their earnings, rather than curtail lending or hike interest rates; business loans, after all, account for only around 10-15% of banking assets in the US and Europe.

The competence of investment banks is also back in the spotlight following UBS's revelations. Recent innovations in the ETF industry - once the domain of passive, low-cost index trackers - recall the dangerous complexity that blossomed in mortgage-backed securities before the financial crisis. Investigations into the risks of synthetic ETFs that are the lifeblood of Delta One desks were already underway in several jurisdictions before UBS's announcement. An industry that argues for flexibility in new regulations, and yet is gaining form when it comes to both creating and mismanaging complexity, will find that its appeals carry less authority than in the past.

Wednesday, 21 September 2011

Los indignados de Wall Street

Llegué a Nueva York hace apenas ayer, con el corazón todavía borracho del coctel de fuertes emociones con el que me despidió Londres, ciudad en la que viví por dos maravillosos años. No visitaba a la Gran Manzana desde los desafortunados ataques del 9/11, lo cual convirtió el memorial de los atentados en mi  prioridad turística No. 1. Si bien reconozco que dicho impulso fue parcialmente motivado por esa pizca de sensacionalismo de la cual nuestra programación biológica no se escapa, lo cierto es que la visita estuvo fuertemente atraída por mi curiosidad de presenciar en persona la evolución de la cirugía por la que pasa el corazón financiero del mundo desde hace una década. Para mi sorpresa, no fue la imponente torre en construcción la que captó mi atención, o el sinnúmero de turistas curiosos que con sus cámaras buscan atrapar una fracción de la tensa energía que envuelve celosamente al lugar; por el contrario fue la masa de personas que desde hace cinco días ocupan pacíficamente con sus carpas el emblemático Zuccotti Park en el distrito financiero en Manhattan.

Un cartón anuncia que la ocupación cumple gloriosa el quinto día. Cada indignado ha plasmado su mensaje en cartones y tatuajes corporales, y sus ropas sucias y miradas largas anuncian que la batalla hasta ahora comienza. Algunos dan entrevistas a medios de comunicación, otros permanecen atentos a las preguntas de los transeúntes como yo que miramos entre soprendidos y anodadados lo que ocurre, y unos pocos simplemente se echan a dormir. Un abanico de estanterías de perros calientes, helados y bebidas hidratantes bordea una de las caras de la plaza, posando como espectacular vista a los lujosos restaurantes que reposan sobre la acera de Cedar St. El libreto lo completa el desfile de policías que con sus vehículos, radioteléfonos y caras ofuscas buscan instaurar un clima de estabilidad en el lugar. Aquellos banqueros que antes frecuentaban la plaza para disfrutar de un 'quick bite' antes de retornar a su rutina ahora observan distantes el inesperado ejército de inquilinos que les llegó el pasado 17 de Septiembre. Algunos incluso optan por comprarse un perro caliente con gaseosa y observar la función. Estarán pensando que será cuestión de días en que la policía emplee la fuerza para ahuyentarlos y reestaurar el orden y la normalidad? Tal vez sea el caso, aunque los indignados de Wall Street afirman que están allí para quedarse.


Monday, 25 July 2011

Why the food crisis in the Horn of Africa matters

The year of 2011 has surely been one of problems and headaches for our global leaders. On the one hand, structural crises menace in several dimensions the stability of the world economy as we know it, with Greece waiting for another costly bailout to take place and the U.S. struggling to reach a bipartisan agreement over how to avoid defaulting on its debt - an issue that some analysts believe would pose deadly problems to the already fragile economy of the industrial world. And on the other, natural disasters appear to be intensifying over time, increasing the rates at which droughts, floods and earthquakes are happening as well as the scale and scope of their damages and costs. In the meantime, terrorism walks silently in the sidelines waiting to strike at any time in any place, under new forms and ideological drives that further entangle its configuration and understanding. The attacks in Norway will certainly bring more doubts and fears to both public opinion and policymakers whose semantic conception of the War on Terror was primarily anchored on the Manichean construction separating the good-doers from the evil-makers based on the actors behind the 9/11 attacks. 

And as though the latter topics were not sufficient to keep newspapers busy enough with eye-catching headlines, now we find the Horn of Africa facing the worst food crisis of its already calamitous history. The situation is as distressing as to have led the Minster of Agriculture of France to call on immediate measures to avoid what he believes could turn into the "disaster of the century" - a potential famine threatening to end more than 10 million human lives.

The Food and Agricultural Organization of the United Nations (FAO) warns that the food crisis is constantly escalating, with 12 million people in Djibouti, Ethiopia, Kenya, Somalia and Uganda requiring emergency assistance. The main factor driving the crisis is the current drought the region is facing, which has affected dramatically agricultural cycles, killed livestock and thus made access to food supplies chronically scarce. This issue, however, has been exacerbated by the rise in worldwide food prices and tribal conflicts, which add several layers to the complexity of the problem since the viability of any intended solution is highly vulnerable to whatever outcome these two exogenous variables throw. It therefore becomes imperative to address this problem holistically, moreover if we take into account that about 80% of the population in the Horn of Africa is dependent on agriculture as their main source of food and income, as estimated by the FAO. 

However, I believe that neither short-term nor long-term solutions for this problem can neglect the correlation between the three variables causing this problem (climate change, global food prices, tribal conflicts). The first issue, climate change, will make weather gradually more unpredictable over time, affecting not only regions in Africa but also European countries highly susceptible to long periods of drought such as Hungary, Romania, Serbia and Bulgaria, as well as peripheral countries whose crops have already been badly damaged by floods, such is the case of Canada, Australia and Russia. The latter affects supply which in turns triggers demand and therefore has an averse effect in the global food price index, our second variable in the problem. According to World Bank chief Robert Zoellick, the current food prices are as high as to be "one shock away from a full-fledged crisis". And this shock is not far away from happening, if we consider the direct effect caused on global food prices by geopolitcal events such as the Egyptian uprising, or economic policies such as QE2 that flood quasi-stagnant economies with liquidity, which has the sideffect of providing speculators with the necessary capital to influence the curve of strategic commodities in world markets. The third issue, tribal conflict, will only prove to become more insoluble if drastic steps to mitigate the risks implicit in the latter two issues are not taken properly, since any short-term attempts to overcome the problem in the form of humanitarian aid and agricultural subsidies will most likely be hampered by these rebel groups, worsening thus the countries' ability to cope with the disaster.

For these reasons the food crisis causing pain and suffering to millions in the Horn of Africa matters. It matters because is not only Africa's problem, it is also our problem since it proves to be a real-life scenario of climate change affecting cycles of food production in regions where agricultural practices represent the principal means of survival. It matters because a continuing increase in global food price index caused by sudden fluctuations in agricultural prices will mean that millions will be further thrown into the desperate situation of starvation, due to a real decrease in their ever-fragile purchasing power. And it matters because failing Africa would mean writing in the books of history the worst humanitarian crisis ever, doubling in scale the numbers of The Holocaust, and in scope the existing moral gap in regards to the conception of the human civilization and its discontents.






Wednesday, 29 June 2011

Democracia 2.0

Tuve la oportunidad de asistir la semana pasada a una conferencia acerca de comunicación política 2.0 organizada en conjunto por la Fundación Konrad Adenauer y la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA). La temámica giraba en torno a cómo las nuevas tecnologías pueden ser capitalizadas por los partidos políticos para preparar mejor sus campañas y conectar mejor con la gente.

Lo conferencistas concordaron en que la política debe innovar de acuerdo con los cambios de la sociedad, en que lo anterior es posible si se apuesta por la inclusión de jóvenes y mujeres en el activismo político, y en que las nuevas tecnologías facilitan la comunicación entre los políticos y la sociedad. Se mencionó la importancia de la revolución del conocimiento y su impacto en la sociedad, se discutió acerca del tipo de herramientas para facilitar la comunicación política y de la microsegmentación como elemento clave para penetrar en la hetereogenidad de la población civil. El mensaje era claro y conciso; habíamos entrado en la onda de la política 2.0. 

Sin embargo algo no me cuadraba dentro de la síntesis en la retórica de los exponentes. Cómo es que se habla tan enfáticamente de que la política ha cambiado cuando son las demandas de la sociedad las que han impulsado estos cambios? O dicho de otra manera, se vería amenazada la integridad de la política tradicional (política 1.0) si millones de personas no pudieran comunicar descontentos, transmitirse información, y coordinar manifestaciones de la forma como lo hacen hoy? La mas proable respuesta a lo anterior es que no, sin embargo me llama la atención que el crédito evolucionario se lo lleve la forma de hacer política. Yo propondría darle el giro a la moneda y afirmar que estamos presenciando un fenómeno de decentralización de poder sin antecedentes en la historia de la democracia. La información ya no la poseen sólo unos pocos medios de comunicación, la poseemos todos. Amartya Sen hablaba de la importancia de que la sociedad civil capitalizarara las libertades políticas y civiles ofrecidas en una democracia, y las nuevas tecnologías tal vez nos hayan brindado las facilidades para que esto sea posible. Los portales electrónicos como Twitter y Facebook nos han convertido en militantes políticos sin saberlo.

El poder de estas nuevas tecnologías dejó su huella en eventos masivos como la marcha del 4 de Febrero contra las FARC en Colombia, la Revolución de Egipto y el movimiento del 15 de Mayo en España, sólo por nombrar unos cuantos conocidos. No en vano el presidente Sebastián Piñera de Chile recién ordenó el monitoreo de conversaciones que hablen de su gobierno en los diferentes portales electrónicos, lo cual representa una amenaza indirecta al derecho a la libre expresión y a la esencia misma de la democracia. No se puede hablar de política 2.0 como una forma innovadora de hacer política pero no de entenderla. Por esta razón creo que a estos fenómenos de mobilización y manejo de la infomación causados por las nuevas tecnologías se les debe llamar por su nombre: Democracia 2.0.

En esta nueva etapa de la democracia la sociedad civil participa, no sólo vota; cuestiona y no sólo obedece; manifiesta y no calla. La democracia 2.0 es una plataforma en la cual se debate el contexto político de acuerdo a la realidad, no al papel. En la democracia 2.0 no hay un poder soberano que goza del privilegio de la información para usarla a su placer, y como bien lo dice Tim O'Reilly, es el escenario donde "el uso de la tecnología permite solucionar de una mejor forma problemas colectivos a nivel ciudad, estado, nacional e internacional".