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Wednesday 29 June 2011

Democracia 2.0

Tuve la oportunidad de asistir la semana pasada a una conferencia acerca de comunicación política 2.0 organizada en conjunto por la Fundación Konrad Adenauer y la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA). La temámica giraba en torno a cómo las nuevas tecnologías pueden ser capitalizadas por los partidos políticos para preparar mejor sus campañas y conectar mejor con la gente.

Lo conferencistas concordaron en que la política debe innovar de acuerdo con los cambios de la sociedad, en que lo anterior es posible si se apuesta por la inclusión de jóvenes y mujeres en el activismo político, y en que las nuevas tecnologías facilitan la comunicación entre los políticos y la sociedad. Se mencionó la importancia de la revolución del conocimiento y su impacto en la sociedad, se discutió acerca del tipo de herramientas para facilitar la comunicación política y de la microsegmentación como elemento clave para penetrar en la hetereogenidad de la población civil. El mensaje era claro y conciso; habíamos entrado en la onda de la política 2.0. 

Sin embargo algo no me cuadraba dentro de la síntesis en la retórica de los exponentes. Cómo es que se habla tan enfáticamente de que la política ha cambiado cuando son las demandas de la sociedad las que han impulsado estos cambios? O dicho de otra manera, se vería amenazada la integridad de la política tradicional (política 1.0) si millones de personas no pudieran comunicar descontentos, transmitirse información, y coordinar manifestaciones de la forma como lo hacen hoy? La mas proable respuesta a lo anterior es que no, sin embargo me llama la atención que el crédito evolucionario se lo lleve la forma de hacer política. Yo propondría darle el giro a la moneda y afirmar que estamos presenciando un fenómeno de decentralización de poder sin antecedentes en la historia de la democracia. La información ya no la poseen sólo unos pocos medios de comunicación, la poseemos todos. Amartya Sen hablaba de la importancia de que la sociedad civil capitalizarara las libertades políticas y civiles ofrecidas en una democracia, y las nuevas tecnologías tal vez nos hayan brindado las facilidades para que esto sea posible. Los portales electrónicos como Twitter y Facebook nos han convertido en militantes políticos sin saberlo.

El poder de estas nuevas tecnologías dejó su huella en eventos masivos como la marcha del 4 de Febrero contra las FARC en Colombia, la Revolución de Egipto y el movimiento del 15 de Mayo en España, sólo por nombrar unos cuantos conocidos. No en vano el presidente Sebastián Piñera de Chile recién ordenó el monitoreo de conversaciones que hablen de su gobierno en los diferentes portales electrónicos, lo cual representa una amenaza indirecta al derecho a la libre expresión y a la esencia misma de la democracia. No se puede hablar de política 2.0 como una forma innovadora de hacer política pero no de entenderla. Por esta razón creo que a estos fenómenos de mobilización y manejo de la infomación causados por las nuevas tecnologías se les debe llamar por su nombre: Democracia 2.0.

En esta nueva etapa de la democracia la sociedad civil participa, no sólo vota; cuestiona y no sólo obedece; manifiesta y no calla. La democracia 2.0 es una plataforma en la cual se debate el contexto político de acuerdo a la realidad, no al papel. En la democracia 2.0 no hay un poder soberano que goza del privilegio de la información para usarla a su placer, y como bien lo dice Tim O'Reilly, es el escenario donde "el uso de la tecnología permite solucionar de una mejor forma problemas colectivos a nivel ciudad, estado, nacional e internacional".